sábado, septiembre 09, 2006

El canto de los Cronopios

Por Julio Cortaza
Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.

Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del coro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que est n ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.

1 comentario:

Jol dijo...

"Historias de Cronopios y de famas" un libro de cuentos muy bueno. Recordé el libro hace tiempo que no lo leo. Ojalá pudieses colgar "continuidad de los parques" (que si no mal recuerdo lo puedes encontrar en el libro "Final del juego"). Un cuento bastante dificíl de abordar: Cortázar fue un gran escritor y su obra fue, y seguirá siendo, maestra.