miércoles, enero 28, 2009

La salvación

Por Adolfo Bioy Casares

Ésta es una historia de tiempos y de reinos pretéritos. El escultor paseaba con el tirano por los jardines del palacio. Más allá del laberinto para los extranjeros ilustres, en el extremo de la alameda de los filósofos decapitados, el escultor presentó su última obra: una náyade que era una fuente. Mientras abundaba en explicaciones técnica y disfrutaba de la embriaguez del triunfo, el artista advirtió en el hermoso rostro de su protector una sombra amenazadora. Comprendió la causa. "¿Cómo un ser tan ínfimo" - sin duda estaba pensando el tirano - "es capaz de lo que yo, pastor de pueblos, soy incapaz?".

Entonces un pájaro, que bebía en la fuente, huyó alborozado por el aire y el escultor discurrió la idea que lo salvaría. "Por humildes que sean" - dijo indicando el pájaro - "hay que reconocer que vuelan mejor que nosotros".

jueves, enero 15, 2009

Cielo e Infierno

Anónimo...

Un día, mientras camina por la calle, una mujer de éxito, directora de RRHH, es trágicamente atropellada por un camión y muere.
Su alma llega al paraíso y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona. "Bienvenida al paraíso" le dice San Pedro.
"Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un directivo ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo".
"No hay problema, déjame entrar", le dice la mujer.
"Bueno,me gustaría, pero tengo órdenes desde lo más alto. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad".
"De hecho, ya lo he decidido. Prefiero estar en el paraíso, dice la mujer.
"Lo siento, pero tenemos nuestras reglas". Y con esto San Pedro acompaña a la directora al ascensor y baja, baja, baja hasta el infierno.
Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de ella están todos sus amigos -colegas directivos que habían trabajado con ella-, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarla, la besan en las dos mejillas y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el club con langosta y caviar. Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes de que se dé cuenta,es ya hora de irse.Todos le dan un apretón de manos y la saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro la está esperando.
"Ahora es el momento de pasar al paraíso".
Así que la mujer pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Se divierte mucho y, antes de que se dé cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarla.
"Entonces, has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad". La mujer reflexiona un momento y luego responde: "Bueno, no lo habría dicho nunca, quiero decir, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno". Así que San Pedro la acompaña hasta el ascensor y otra vez baja,
baja,baja, hasta el infierno.
Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de mierda y desperdicios. Ve a todos sus amigos, vestidos con trapos, que están recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo la alcanza y le pone un brazo en el cuello."No entiendo", balbucea la mujer. "Ayer estaba aquí y había un campo de golf y un club y comimos langosta y caviar y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es una tierra desierta llena de desperdicios y todos mis amigos parecen unos miserables".
El Diablo la mira y sonríe. "Ayer te estábamos contratando. Hoy eres parte del personal".

jueves, enero 08, 2009

Jesús y las drogas

Anónimo
Jesús, muy preocupado, llama a sus apóstoles a una junta de emergencia por el alto consumo de drogas en la Tierra. Después de mucho pensar, llegan a la conclusión de que lo mejor para poder enfrentar el problema es probar la droga ellos mismos y después tomar las medidas pertinentes. Se decide que una comisión de apóstoles baje otra vez al mundo y consiga diferentes drogas. Se efectúa esta operación con el máximo secreto y a los pocos días empiezan a retornar los comisionados. Jesús espera en la puerta y empiezan a llegar los primeros apóstoles:

Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Pablo?"
"Traigo hachís de Marruecos".
"Muy bien, hijo, entra".
¿Quién es?"
"Soy Marcos".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Marcos?"
"Traigo cocaína de Colombia".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Mateo".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Mateo?"
"Traigo crack de Nueva York".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Juan".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Juan?"
"Traigo marihuana de Bolivia".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Lucas".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Lucas?"
"Traigo speed de Amsterdam".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Judas".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Judas?"
"¡¡¡Al FBI !!! ¡¡¡Todos contra la pared!!! ¡¡Las manos en la cabeza!!

sábado, enero 03, 2009

La carta del suicida

Anónimo
unto al cadáver de un suicida se encontró una carta explicatoria diciendo:
Sr. Juez: No culpe a nadie de mi muerte, me quito la vida porque dos días más que viviese no sabría quién soy en este mar de lágrimas, y sería mucho martirio. Verá Ud... Sr. juez.
J
Tuve la desgracia de casarme con una viuda, ésta tenía una hija, de haberlo sabido, nunca lo hubiera hecho.
Mi padre, para mayor desgracia era viudo, se enamoró y se casó con la hija de mi mujer, de manera que mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre y mi padre al mismo tiempo era mi yerno.
Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un varón, que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer de manera que yo era abuelo de mi hermano.
Con el correr del tiempo mi mujer trajo al mundo un varón que, como era hermano de mi madre, era cuñado de mi padre, y tío de sus hijos.
Mi mujer era suegra de su hija, yo soy, en cambio padre de mi madre, y mi padre y su mujer son mis hijos; además, yo soy mi propio abuelo.
Sr. juez: Me despido del mundo porque no sé quien soy.
El cadáver.