sábado, septiembre 24, 2005

Las hijas del embajador del reino del elefante de los dos colores - 3

By Lucre Arrías

Capítulo 3

El cuidador mayor las llevó a su casa. Su madre las esperaba nerviosa. Era tarde, no sabia nada de ellas desde el mediodía. Al verlas sanas y salvas, no tuvo ganas de regañarlas, por la tardanza. Solo las abrazo, y les dijo que fueran a bañarse que la cena estaba lista desde hacia rato.
Después de cenar, se fueron a dormir. Si bien estaban cansadas, esperarían que todos se fueran a sus habitaciones, para buscar en los libros. Pero el sueño la venció.
Sasi se despertó sobresaltada. Era ya entrada la noche. No escuchaba ruidos por lo que dedujo que todos dormían. Llamó a Bheemali. Se vistieron tratando de hacer el menor ruido posible y bajaron a la biblioteca.

Comenzaron a revisar los libros. El tiempo pasaba y no encontraban nada. Cuando agotaron todas las estanterías a su alcance, pensaron como llegar a los de más arriba. Se subieron a una silla, pero tampoco alcanzaban. A Sasi se le ocurrió usar la escalera que su padre les había hecho para su colección, pero no estaba ahí, debían pasar por el pasillo para buscarla, a donde daban las habitaciones de la casa, en el piso de arriba. Eso era peligroso, pero la aventura valía la pena.
Sigilosamente en la oscuridad, se dirigieron a la sala de la colección. Se sacaron los zapatos para no hacer ruido. Iban casi a ciegas. Solo entraba algo de luz de la luna llena por las ventanas, nada más. Sasi sin querer piso la cola al gato de su madre, Baltasar, que dormía en la puerta del cuarto.
El gato salió aullando, ellas corriendo por el pasillo y la luz encendiéndose. Todo a la vez. En el mismo instante que las niñas se metían en el cuarto de la colección, su madre salía y preguntaba al vacío, quien andaba allí.
Ellas pensaban que las había descubierto. Pero no. Estaba regañando a Baltasar por aullar sin motivo y lo sacaba a la galería para que no molestara más. Se habían salvado de esta. El corazón les palpitaba sin parar. Intentaban no hacer ruido, Si su madre se enteraba que estaban fuera de la cama, se armaría una buena. Las reglas de la casa eran muy estrictas con los horarios. Y la hora de dormir era para eso, para dormir.

Esperaron un tiempo prudencial para volver a la biblioteca con la escalera. Cuando sintieron que ya no corrían peligro.
Bheemali dijo.
- Sasi, deja yo la llevo y voy por delante. A ver si tienes más cuidado. Si nos descubren, no nos van a dejar salir por un mes.
Esta vez, llegaron sin problemas a su destino. Con la escalera pudieron alcanzar los libros más altos. Continuaron con su búsqueda. De repente Sasi dijo.
- Mira.
Era un libro lleno de polvo, del último estante. Existía un dibujo de algo que parecía lo que habían encontrado en la playa. Bheemali lo vio y leyó en voz alta.
-Cometa: juguete en forma de raqueta guarnecida de papel y caña que los niños hacen volar por el aire.
-¿Son juguetes?- pregunto Sasi. ¿Qué hacen juguetes en la playa?
- Buena pregunta. El libro no dice más. Mañana le preguntaremos al elefante de los dos colores.
Bheemali bostezo. Decidieron ordenar los libros e irse a la cama. Escondieron la escalera detrás del cortinado, con la luz del día la devolverían a su sitio, no iban a pasar por eso de vuelta. Se metieron en la cama, y automáticamente se quedaron dormidas.
El cuidador mayor del elefante pasaría a buscarlas antes de que el sol saliera. Su madre no comprendía bien que querían las niñas, pero sabiendo que iban con Aduba no haría preguntas, él le merecía todo su respeto.

1 comentario:

Cross dijo...

Creía que era el último capítulo... La intriga continúa. Emocianante para un niño el susto con el gato y verremos cómo acaba lo de las cometas. Me encanta.
Un saludo.